Hay millones de segundos en el día, bien,
pues en uno de esos segundos o dos del día
su corazón se volvía de madera, como si una diástole
se transformara en un tronco robusto que no deja
sentir absolutamente nada y aunque está macizo
está completamente vacío. Yo creo que lo hace
para evitar pinchazos, pero no entiende que la
madera es más frágil al fuego que el corazón.